El Gobierno dispuso el corte del suministro de agua para riego agropecuario e industrial y el cese de la generación de energía en los dos embalses de Tucumán. La medida se dispuso hace tres semanas, asegurando el suministro exclusivo para la potabilización. Esa acción, a su vez, anticipó el pedido de declaración de la emergencia de escasez de agua para todo el territorio provincial, hecho efectivo esta semana por la Dirección de Recursos Hídricos local ante el Ministerio de Desarrollo Productivo, debido al actual déficit hídrico que se registra en la provincia.
"Está asegurado el suministro de agua potable para todo el año en El Cadillal. Pero el riesgo está dado en el uso industrial y para riego, ya que pueden verse afectado por la falta de lluvias", dijo ayer Alfredo Montalván, secretario de Medio Ambiente local.
En Tucumán funcionan dos embalses para generación de energía, regadío y el suministro de agua potable, y más de 25 represas niveladoras -para la derivación del recurso- y recreativas. Las autoridades del área hídrica provincial determinaron que el funcionamiento de las dos grandes construcciones, El Cadillal y Escaba, se centre en estos momentos en el abastecimiento de la población y el almacenamiento de agua, lo que permitiría cubrir la demanda de la industria en la zafra y del campo, el resto del año.
En la Dirección de Recursos Hídricos y la Secretaría de Medio Ambiente estimaron, sin embargo, que el almacenamiento de agua en los embalses puede "demorar" debido a las irregulares precipitaciones. También advirtieron que pueden presentarse problemas en el suministro de agua a través de los ríos "no regulados" -aquellos que no cuentan con embalse para la acumulación-, para riego y para fábricas en los próximos meses.
"El almacenamiento también puede ser insuficiente porque no llovió lo que debería haber llovido... y los pronósticos no son los mejores. Puede haber precipitaciones, pero no sé si se podrá alcanzar el nivel de acumulación para cubrir la demanda de irrigación", agregó Montalván.
La cota de agua en El Cadillal se ubicó en los últimos días en los 600 metros sobre el nivel de mar, cuando la altura necesaria es de 607,5; es decir, restan 7,5 metros para llegar a cubrir el nivel normal. En Escaba se registraron 613 metros sobre el nivel de mar, cuando la cota es de 626: todavía restan 13 metros para llenar el vertedero. En febrero se frenó el aporte a los embalses, lo que afectó el llenado de las reservas. "Este verano se presentó con temperaturas muy altas, lo que llevó a que se siga regando (los campos) en enero y febrero. Implicó que se use parte de la reserva para dar solución a los productores ante la sequía. Habrá que ver cómo llegamos a fin de año. Es el desafío", comentó Aníbal Comba, subdirector de Recursos Hídricos.
El funcionario coincidió con Montalván al afirmar que "habrá agua" para cubrir la demanda en las ciudades, aunque aclaró que algunos pozos de agua potable, ubicados en las zonas de recarga, en el Pedemonte, podrían ser afectados por la escasez de precipitaciones. "Por la poca lluvia que hubo esta temporada, se notará la merma de los rendimientos", enfatizó.
La declaración de la emergencia hídrica está estipulada en la Ley 7139, con su modificatoria establecida en la Ley 7140. "Es una herramienta que le permitirá a Recursos Hídricos modificar el orden de prioridad en el requerimiento agua", aclaró Montalván sobre el pedido efectuado ya a Desarrollo Productivo. La normativa apunta a asegurar el consumo urbano en primer lugar; luego le siguen el suministro para industria y para riego.
Un escenario parecido al de la sequía de 1972
"La situación en los embalses es preocupante debido a la ausencia de lluvias, esto no sucedía desde 1972". El secretario de Medio Ambiente de la provincia, Alfredo Montalván, utilizó esa comparación para describir la actual situación hídrica local y justificar el pedido de declaración de la emergencia del "recurso agua," en el territorio tucumano. "Es importante hacerlo (por la medida) con antelación para tener mayores previsiones. También se hace un llamado, no sólo al ciudadano que usa el agua, sino a los sectores industrial y agropecuario", dijo.
La Dirección de Recursos Hídricos local presentó ante el Ministerio de Desarrollo Productivo un análisis del déficit que sobrellevan los embalses El Cadillal y Escaba, así como del resto de los cursos de agua de Tucumán. "Estamos en una coyuntura parecida a la de 1972", ratificó Aníbal Comba, subsecretario de la Dirección de Recursos Hídricos.
La solicitud del estado de emergencia fue avalada por la Comisión de Embalse y Desembalse, organismo que se reunirá el martes para avanzar con la acción.
Por otro lado, Montalván afirmó que la mortandad de peces que se registró días atrás en la represa de El Diquecito, en Batiruana, se debió a que se cerraron las válvulas del dique Escaba y a la falta de agua en ríos. "Escaba se nutre de los ríos de Catamarca, y viene muy poca agua hoy", enfatizó el técnico.